viernes, 20 de noviembre de 2009

CONOCER GALICIA: MONTE PINDO, MORADA DE LOS DIOSES


Desde hace ya unos años mi acercamiento progresivo a las tierras de Muros y su comarca me está dando la posibilidad de conocer poco a poco los grandes tesoros que estas tierras esconden, tanto paisajisticos como arquitectónicos.
Descubrí el Monte cuando viajé a Muros por primera vez, desde la atalaya de "Paxareiras" se alza imponente la gran masa granítica, me sorprendió su colorido y su contraste con el mar y el horizonte.
El Monte pindo se encuentra en las tierras del fin del mundo, era el antiguo hogar de los dioses gallegos, es una gran formación granitica de formas caprichosas que domina las tierras del Fin del Mundo. Nuestros antepasados sólo supieron explicar su caprichosa morfo-geología mediante historias de dioses, esculturas, o monstruos y gigantes míticos, y leyendas que que llenaron de ilusión a los habitantes de estas tierras, que trasmitieron de padres a hijos durante siglos cuentos de tesoros fabulosos,bellísimas princesas, rutas secretas, serpientes de siete cabezas, hadas encantadas, sacrificios y ritos de fecundidad que dieron forma a la tradición que sitúa a este lugar el monte sagrado de los celtas gallegos.

Obviando las leyendas, lo que si se encontraron son numerosos restos arqueológicos, como petróglifos, enseres de bronce y lo que parecen ser los restos de antigua iglesia.

En el siglo X Sisnando (Obispo de Iria Flavia) ordenó la construción del Castillo de San Xurjo en las cercanías del monte, para proteger estas terras de los continuos ataques de los piratas medievales. Diversas familias nobles de Galicia lo habitaron hasta que el castillo fue destruido en el año 1467 en las Revueltas Irmandiñas. Se dice que hace cincuenta años aún se podían ver parte de sus muros, deshechos por los buscadores de tesoros. El Monte Pindo es una inmensa mole de granito rosa cuya cumbre (llamado A Moa) alcanza los 627 metros de altura. Encuentra sus complementos ideales en la praya de Carnota, la más larga de Galicia y cuya apariencia cambia constantemente, y en el espectacular salto del Xallas en el Ézaro, único lugar de Europa donde un río cae cascada directamente sobre las aguas del océano, espectáculo ahora raramente observable debido al embalse de las aguas del río Xallas en Dumbría.


De dificil accesibilidad el Monte Pindo guardó virgen durante siglos el mayor tesoro que cualquier leyenda pudiera referirse: un conjunto natural único, un auténtico edén de especies naturales raramente visibles en ninguna otra parte do mundo. Una "joya" es el carballo enano (quercus lusitanica), especie distribuída por el sur de la península Ibérica y el norte de Marruecos que tiene en el Pindo su único asentamiento en territorio galego. La especie se encuentra catalogada como vulnerable en el catálogo gallego de especies amenazadas en Galicia, ya que se distribuye por un pequeno asentamiento de un solo quilómetro cuadrado de superficie. En el Pindo se encuentran varios ejemplares de esta especie, declarada en alto riesgo de extinción, y supo coexistir con otros carballos como el quercus robur e quercus pyrenaica, con pinos como el pinus pinaster, pinus radiata e pinus sylvestris, y con acebos (ilex aquifolium)... e con otras muchas especies de altísimo valor ecológico. Aunque existen varias rutas alternativas, la más destacada es la subida tradicional, desde la que conoceremos más intensamente toda la mística del Monte Pindo. Comienza en la parte posterior de la Iglesia de San Clemente en la aldea de O Pindo, situada en el Ayuntamiento de Carnota, a medio camino entre Muros y Cee. Desde allí, a través de senderos muy bien señalizados, podremos ponernos en la cumbre en aproximadamente dos horas y media. Ya al princípio, podremos ver un panel explicativo de lo que nos aguarda durante el ascenso. Comezamos la subida, cruzando un pequeño puente sobre un riachuelo y continuamos por un estrecho camino delimitado por los dos lados por hileras de pedras. Estas pedras, a la vez que subimos, se vuelven más grandes dibujando las más variadas formas antropomorfas. En la mitad de la subida, aparecen ante nosotros las ruinas del antigo castillo de San Xurxo, en la actualidad un monte de piedras apiladas. La vegetación comienza a escasear y, si tenemos suerte, podemos ver manadas de caballos salvajes. Al llegar a las primeras cumbres el sendero toma dirección nordeste y luego norte, para acceder a la plataforma pétrea por la parte este. Cuando llegamos a la cumbre, el espectáculo que se nos apresenta a la vista compensa todo el esforzo realizado. Deesde este promontorio temos una panorámica ciertamente privilegiada de la zona, con el Cabo Fisterra, la Ría de Corcubión, la desembocadura del río Xallas... y gran parte del litoral gallego a nuestros piés. También podemos ver un conjunto de petroglifos.

El Padre Sarmiento hizo una amplia referencia a este monte, diciendo que o su nome fue puesto por su semejanza con el Monte Pindo de Grecia.

Recoge también varias historias y leyendas sobre el, como que la hierba en el Monte Pindo crece mucho de la noche a la mañana; que existen en el infinitas hierbas medicinales, o que aquí acudían las parejas estériles, con intención de conseguir tener descendencia.

César Antonio Molina le dedicó al Monte Pindo el siguiente poema:

O PINDO O pasado sen teito está nese lugar.
O temor non desterrado ó descoñecido.
Procuramo-la bóveda nun frío mencer ou nun entardecer sanguiñolento,
ata ser soamente sombras.
E que é o tempo senón ese espazo escuro da luz onde se despenan estas rochas esculpidas polas tormentas,
mentres nos chaman as ruínas dos séculos.









1 comentario:

  1. " Porque cada día es una experiencia maravillosa. La duda es el comienzo, buscar una respuesta el reto, informarse la solución."

    Me gustan las personas optimistas, y la hermosa frase que figura en vuestro Blog es un acierto pleno, un aliciente estupendo para levantarse cada mañana y dar gracias a Dios por ser tan afortunados.

    Un abrazo virtual no por ello menos real.

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